miércoles, 28 de mayo de 2008

Aniversario ordenación de Joan


Hoy hace 19 años de la ordenación de Joan. Pensar en los días que pasamos en Roma me supone trasladarme a una época en la que todo era felicidad. Un recuredo especial que guardo es el abrazo apretado que mama (la iaia) dió al nuevo sacerdote, a la salida de San Pedro; también recuerdo cuando fuimos a ver a Don Álvaro que, nada más entrar en el aula en la que esperábamos toda la familia, el Padre se arrodilló ante Joan y le pidió la bendición: aquello fue un shock. Menos mal que Joan ya sabía que eso podía ocurrir, y llevaba muy bien preparada la fórmula de la bendición. No se, son muchas las cosas que se me ocurriría contar de aquellos días. Seguro que algunos tenéis recuerdos especiales. Ah, por ejemplo, recuerdo a Don Joaquín entrando en el aula en la que estábamos con Don Álvaro, llevaba de los brazos a Montse que entonces tenía 2 años. La niña estaba llena de churretes de haber comido caramelos, y Don Joaquin iba diciendo "Montse también quiere dar un beso al Padre"; no recuerdo cómo acabó ya que con esos churretes dudo que besara la cruz pectoral de Don Alvaro.
Bueno, si alguno puede aportar cosas de ese día podríamos ir enriqueciendo la entrada y a Joan pienso que le puede hacer ilusión.
¡Felicidades Joan!, desde entonces me tomé muy a pecho el encomendarte un montón...lo que sucedió aquel día fue una bendición para tí, pero -de alguna manera- toda la familia nos hemos beneficiado de ello.

8 comentarios:

Agata* dijo...

Muchas felicidades, Joan!
La verdad es que yo no puedo añadir mucho a la entrada porque por aquellos días yo todavía estaba disfrutando de estar tan a gusto en la barriga de mi madre... vamos, que sí que fui pero como si no estuviera! je je
Ya nos contarás tú tus impresiones... últimamente nos estás emocionando con tus testimonios... je je

j.a.varela dijo...

Desde Uruguay me sumo a las felicitaciones.

j.a.varela

Unknown dijo...

Pues yo se que estube, pero no me acuerdo de nada. Que lastima.

Mercè dijo...

En cambio a mi me quedó una imagen de Álvaro gateando encima de la losa de la tumba de San Josemaría, que entonces estaba en la cripta. Estabas más contento que unas castañuelas.

Joan dijo...

Ahora voy a decir una de las mías, muy propia y que no quiero que conste en el proceso de canonización, porque lo echarían para atrás: recuerdo que después de la larga ceremonia, entre dos hora y media y tres lo que más me apetecía era fumar... y así lo hice, me fui con otro compi recién ordenado a los baños de la sacristía del Vaticano y fumamos un pitillo. Estuve a punto de perderme un nuevo abrazo con Juan Pablo II que se detuvo un rato para hablar con los más de 50 ordenandos. Seguro que hay más recuerdos, pero la amnesia sólo me deja éste en toda la viveza de la nicotina entrando a borbotones por la traquea!

Unknown dijo...

Muchas felicidades don Joan. De todos los acontecimientos que ha ocurrido en la historia de nuestra familia, este es, sin duda, el mayor con diferencia.

Puede que en el futuro algún otro miembro de la familia te iguale (esperemos que sea así y que sean varios), pero superarte será ya más difícil. Aunque nunca se sabe, igual alguno llega a Obispo, y, puesto en clave de forofo de la familia, quizá más arriba. Como diría papá no pongamos límites a la providencia.

Un abrazo fuerte al curita

Unknown dijo...

Añado otro comentario, que aclarará el recuedo de Mercé. Montse sí llegó a besar el crucifijo de don Alvaro, ante el horror de Emilia, que se avalanzó pañuelo en mano a secarle la boca.

Yo tento también un montón de recuerdos de aquel día tan grande. Algún día quizá sería bueno hacer un relato completo de los recuerdos que guardamos todos. Pero ahora contaré como estrenó Joan a su Arcangel Ministerial.

Después de la comida de celebración, él y yo volvimos a Villa Tevere, porque se me quedó allí la máquina de filmar. Nos metimos por unos callejones de Roma buscando un taxi, pero totalmente despistados, enfracados en no recuerdo que conversación. En Roma, en el plan que imagináis que íbamos, y en aquellos callejones, era poco menos que imposible encontrar un taxi. Cuando me di cuenta le dije a Joan: oye, esto es imposible, ya podrías pedírselo a tu Arcangel Ministeria y que se estrene ahora. Y al instante dobló la siguiente esquina un taxi libre, que nos llevó hasta Villa Tevere.

Seguro que Joan también se acuerda.

Merce C.G. dijo...

Aunque escribo con un poco de retraso... MUCHAS FELICIDADES TIET JOAN! Escribo tarde pero me acordé el día que tocaba, eh?

Yo tengo algunos recuerdos de cuando te ordenaste. Tenía 5 años, y recuerdo que me cogiste en brazos y a mí me daba mucha vergüenza y miraba hacia otro lado. También recuerdo que Papá y mamá nos contaban que era un acontecimiento muy importante, y desde entonces siempre te veía como el tío más importante y siempre iba fardando en el cole de mi tío Sacerdote. (Todavía voy fardando, jeje)

Me alegro mucho de que seas sacerdote, creo que es la mejor vocación y que es una bendición para nuestra familia.

Un abrazo especial para ti y otro para todos los demás!