martes, 14 de abril de 2009

Mi Semana Santa en Roma

Si no tienes tiempo de leerlo todo, ve directamente al párrafo que está en negrita

En previsión de que esta Semana Santa podía ser algo especial, prometí que escribiría con detalle acerca de estos días transcurridos en Roma, muy cerca del Papa y del Padre. Entonces no sabía que estaba prometiendo algo que no iba a poder cumplir, puesto que necesitaria mucho tiempo para relatar “con detalle” todo lo que he visto y oído estos dias, y además al final resultaría un texto demasiado largo como para que pudieseis leerlo con calma. Asi pues, me veo obligado a cumplir imperfectamente mi promesa, relatando a grandes pinceladas lo que han sido para mí estos días.
El sábado 4 de abril, en que llegaron todos los grupos del Univ, estábamos todos un poco asustados, puesto que aunque toda la semana anterior habíamos disfrutado de un clima muy bueno, aquel día el cielo estaba encapotado, y por la tarde comenzó a llover. Temíamos que así fuera durante toda la semana, y que el mal tiempo nos estorbara las tertulias con el Padre. Afortunadamente, no fue así, y este año ha sido el que ha hecho mejor tiempo desde hace bastante.
El Domingo de Ramos estuve con el grupo de Barcelona desde que terminó la Misa con el Papa en la Plaza de San Pedro hasta la noche. No había casi ninguno de los que yo habia esperado encontrarme, pero en cambio me alegró mucho volver a ver a los inesperados que sí habían venido, y que hacia bastante que no veía.
Por la noche se produjo el famoso terremoto, a causa del cual es probable que este verano me quede en casa, en lugar de irme de vacaciones a la montaña. Por supuesto, eso es lo de menos. Una de las cosas más impresionantes ha sido ver cómo el Padre se ha volcado con la gente que sigue allí guardando la casa, viviendo en tiendas de campaña, porque no se puede estar dentro sin peligro. El Padre está muy pendiente de que estén bien, y de que les falte lo menos posible. E incluso ha estado allí dos veces para acompañarles durante unas horas (la primera el martes, y la otra el sábado).
El lunes, 6 de abril asistí a la Audiencia con el Papa para los jóvenes de España con motivo de la proxima JMJ de Madrid. Me emocionaron las muestras de adhesión que la gente dio a Benedicto XVI, especialmente por las contradicciones que el Papa ha tenido que soportar en los últimos meses.
Martes, 7 de abril: asistí a la Misa Crismal del Padre, que se adelantó porque el Padre se iba después a Tor d’Aveia, y después estuve todo el día en el congreso Univ, atendiendo a los participantes, indicando donde se celebraban los distintos actos y actividades del congreso, etcétera. En definitiva, era uno de los típicos tíos de la organización, que llevan un cartelito para que se los distinga, y a los que puedes preguntar cualquier cosa, y casi siempre te responden, aunque no sepan muy bien la respuesta. Eso me dio ocasión para ver hasta que punto el Univ es un congreso internacional: alli estaban presentes todas las razas, todas las culturas, los cuatro puntos cardinales...
Miercoles, 8 de abril: Asistí por la mañana a la audiencia con el Santo Padre, en que se vio la sintonía que Benedicto XVI tiene con el Univ. El congreso fue mencionado en los saludos en diversos idiomas, y en todas las ocasiones se levantó de entre la muchedumbre un gran clamor de saludo. Al Papa se veía que le gustaba y que lo agradecía (Laura, a quien tampoco vi, aunque por lo visto coincidimos en varios eventos multitudinarios, podrá confirmarlo). Por la tarde tuvimos una tertulia con el Padre, en la que fui uno de los encargados de orden.
Jueves Santo, 9 de abril: era día de mi cumpleaños, y eso me valió el privilegio de poder saludar al Padre personalmente durante unos breves minutos. Entre otras cosas, me dijo que San Josemaría quería mucho al Avi y también a la Yaya, y por lo tanto también a todos sus hijos y nietos. Y añadió que Don Álvaro también. Aunque es algo que ya sabíamos, que el Padre lo dijera así no dejó de impresionarme. Ya se ve que nos quiere mucho, y que espera mucho de todos.
Por la tarde asistí a los oficios de Jueves Santo con el Padre.
Viernes Santo, 10 de abril: me acordé mucho de Mercè, cuyo cumpleaños no se me olvida nunca debido a la coincidencia cronológica. Por la mañana estuve en Villa Tevere, y por la tarde en los oficios con el Padre.
Sábado Santo, 11 de abril: Por la mañana tuvimos tertulia con el Padre para la gente de la Obra, aunque había muchos “colados”. La tertulia se adelantó, igual que la misa crismal del martes y por el mismo motivo. Por la tarde fui con el grupo de Barcelona a ganar la indulgencia plenaria en San Pablo Extramuros (preguntar a D. Joan por el Jubileo Paulino, que seguro que lo explicará mejor que yo). Y luego estuve en la vigilia pascual en Sant Andrea della Valle.
El Domingo de Resurrección terminó el Univ con un Show espectacular con actuaciones de gentes diversas, una vez más procedentes desde los puntos más lejanos (Camerún, Chile, USA) y más cercanos (Pamplona, Roma).
Un abrazo a todos, y espero con esto satisfacer largamente los deseos de información.

Josemaría

PS. A ver si alguien me explica cómo colgar fotos en el Blog. En cualquier caso, sí queréis ver fotos, mirad la página web del Univ, que ahí hay una galería muy chula.

3 comentarios:

# LauRa * dijo...

La verdad es que yo también estoy muy impresionada de la pasada que ha sido, aunque no he tenido la suerte de hablar con el Padre, como tú, jeje... Qué impresión lo que te dijo, esto hay que contárselo al avi que se emocionará.

Mercè dijo...

Muchísimas gracias, de verdad que te has esmerado y ha resultado muy bien la relación de los hechos. Ayer le dije al avi esto que has explicado y, aunque ya se lo había contado tu padre, le gustó mucho. Hay una buena noticia y es que el avi va a tener ADSL en casa de manera que será más fácil conseguir que se conecte al blog. Ya veremos.

Joan dijo...

Muchas gracias, Josemaría. Quería escribirte algo a ti personalmente, pero lo mejor es enemigo de lo bueno... Lo haré en cuanto pueda. Aunque tiene prioridad tu hermana Monse, a la que quiero escribir una buena carta (que le llevará en mano Laura, Dios mediante). Porque tampoco yo podré estar en tan gran acontecimiento para la familia. Estaremos todos muy unidos.