lunes, 2 de agosto de 2010

Un recuerdo para la Yaya

Estoy en mi segundo día de curso anual, en Cavabianca (Roma). Hace diez años, también en mi segundo día de curso anual (en ese caso en La Farga), me llamó Luis (el Lluís petit, como decimos los Carreras Guixé), y me dio esa buena noticia (tan dura, por otro lado). Nunca olvidaré que, dentro de lo que cabe, fue un día alegre, y que no dejamos de celebrar el cumpleaños de Ágata (por cierto, felicidades). Al día siguiente encontraron el coche de mi padre (que se lo habían robado en la gasolinera hacía un mes): fue el primer favor de la Yaya. A lo mejor alguno ha recibido otros favores y nos los puede contar.
Un abrazo.

2 comentarios:

Joan dijo...

Hola Josemaría: gracias por recordarnos este favor de la yaya... del que yo me había olvidado... como va siendo habitual.
Aquel día yo estaba en León, atendiendo una conviviencia, y me vine en avión rápidamente. Tú lo has dicho se palpaba el ambiente de dolor y de alegría, típico de las celebraciones auténticamente cristianas.
Los mayores se acordarán de que tras la celebración de la Misa de corpore in sepulto en el mismo salón de casa, le sugerimos a papá que descorchase una botella de cava: había que celebrarlo también en un sentido humano, porque la vida de mamá fue una vida de gran éxito...

Agata* dijo...

Muchas gracias, Josemaría!
Yo también recuerdo muy bien ese día, y eso que cumplía solo 11 años... pero me sentí muy mayor porque me dejaron quedarme en casa de los avis con los mayores... tipicas cosas de niños jeje
ala!
que vaya bien el verano en Roma, a pesar del calor que seguro que hará por ahí...
recuerdos de parte de Ignasi!