viernes, 12 de marzo de 2010

Mi experiencia de la nevada

Ya han pasado cuatro días, pero todavía me dura la impresión. El lunes 8, día H, mientras hacíamos las cajas para la mudanza del despacho, no daba crédito a la precipictación de la nieve. Tomé unas fotos que, si algún día me veo con ánimos, colgaré en el blog. Pero había tanto por hacer y teníamos tan poco tiempo que no podía entretenerme en mirar el paisaje invernal. A eso de las 6 pensé, recapacitando: pero si esto está pasando en el Paseo de gracia ¿cómo estarán en mi casa?. Llamé a Esplugues y me dijeron que, si acaso, no fuera a casa a dormir porque no llegaría. No podía ser. Seguí haciendo paquetes y cajas, y, a las 7, me entró el run run: tengo que ir a casa, me dije, sea como sea. Salí a la calle con la esperanza de que los autobuses reanudarían su servicio. Hay que tener en cuenta que el metro sólo me deajaba a las afueras de Barcelona, pero para llegar a Esplugues solo podía hacerlo por bus o por tranvía. Al salir del metro, en plaza María Cristina, me asomé al exterior y era un paisaje dantesco: coches estancados en plena Diagonal, nieve y más nieve, gente con cara de desconcierto por no saber hacia dónde dirigirse, ... y me fui a la parada de autobus. Y allí estuve un rato, porque había gente que, ilusos como yo, pensaban que se reanudaría el servicio. Era una utopía pensar eso porque los coches que teníamos enfrente no se movían ni un centímetro. Así que abandoné la parada y me dispuse a iniciar un recorrido heróico: llegar a Esplugues andando. Suerte que llevaba un paraguas de esos lagos que me servía de bastón. Empecé con ánimo, con cuidado para no resbalarme. Al principio mis zapatos-bamba 24 horas resistían bastante bien, pero al cabo de unos metros de pisar nieve blanda y charcos, se quedaron totalmente empapados. La cosa es que empecé a no notarlos. Y también me entró el pensamiento de "¿será pruedente esto de llegar andando a Esplugues?". Aún así continué la marcha. A la altura de la Facultad de Derecho, en la parada del tranvía, vi uno (un tranvía) parado en la estación. Con mucha dificultad crucé la diagonal entre coches parados. Llegué al tranvía y observé que había pasajeros, poquitos. Fui a la cabeza y le pregunté al conductor que cuándo saldrían; me dijo que no saldrían hasta que le avisaran, que habría para un rato largo. A esas alturas, no notaba los pies. Así que le dije si podía entrar, al menos para rehacerme un poco y, el hombre, amablemente, me dejó entrar. Allí me senté calentita. Me quité los zapatos, puse los pies encima del asiento delantero (cosa que me horripila que hagan los otros en circunstancias normales)y me puse los casquitos de la radio para escuchar las noticias. Todo lo que llegaba del exterior era tan desesperante que me alegré de estar en ese tranvía, calentita, resguardada, ...catatónica. Hice algunas llamadas telefónicas, con la confianza de que en algún momento el vehículo arrancaría. Pasó una hora y no había visos del esperado arranque. Y entonces arranqué yo: hablé con las de mi casa y me dijeron que era imposible llegar porque la calle de subida estaba totalmente helada. Así que pedí "asilo" en un centro que hay sobre el CM Bonaigua y me acogieron. Cuando me iba a acostar en una cama calentita, me asomé a la ventana que daba a la diagonal y comprobé que el tranvía seguía allí parado. Al fin y al cabo tuve muchísima suerte.

3 comentarios:

Joan dijo...

Estupenda historia, Mercè, esto de tener varias casas es estupendo, ¿verdad? Eso es lo que se llama un centro de acogida!

Merce C.G. dijo...

Vaya! Pues seguro que hubo mucha gente que debió quedarse tirada en la calle lejos de su casa...! Menos mal que encontraste esta solución! Aquí nevó ayer, pero en cuanto nieva un poco ya tienes cantidad de quitanieves por casi todas las carreteras hasta en los pueblos más pequeños. Por la mañana salí para ir a Misa y de ida me daba miedo porq el coche se resbalaba a veces y pensaba que no podría volver xq después estaría peor, pero a la vuelta ya habían quitado toda la nieve!

# LauRa * dijo...

Bueno Mercè, primero tengo que felicitarte por tus dotes para la redacción, me he entretenido mucho jeje... menuda aventura!