Ayer por la mañana, mientras los chicos estuvieron montando en los cars, yo hice mi retiro mensual. Me retiré a la montaña. Subí a un monte (no tan alto como el Bodón) y así pasé la mañana, superando con la caminata las agujetas de la excursión anterior. Fue una experiencia interesante.
Esta mañana he estado ayudando a preparar la "ruta de Mordor", que es el plato fuerte del campamento. Consiste en una marcha nocturna en la que los niños tienen que conseguir unos objetivos y resistir a los ataques de los orcos. Están asustados los pobres. Preparar la ruta nos ha llevado toda la mañana, brincando entre los montes. Después de más de diez años de haber abandonado la montaña, en estos días he vuelto a coger un poco de gusto por ella.
Un abrazo a todos los blogeros de la familia.
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