lunes, 17 de diciembre de 2007

Joan en Barcelona: la que se va a armar

Ayer no pude estar en la merienda-cena que organizó Ágata para dar la bienvenida a Don Joan, así que al menos aparezco por aqui para anunciar su llegada a los que no se hayan enterado. Vamos a prepararnos para el tobogán que se avecinará con su llegada. Aprovecho para deciros que este blog está muy parado. Yo la verdad es que le estoy dedicando tiempo al de la mujer. Estoy contenta porque poco a poco van sumando las entradas de visitantes al blog, y ya se empiezan a encender lucecitas rojas por todo el mundo. Si hacéis la prueba y buscáis en google con las palabras "aborto Cataluña" veréis si salgo en la primera página de búsquedas. Al menos el sábado salía en 4º o 5º lugar. Es sorprendente ver que, con un poco de tiempo que se le dedique, se puede llegar a transmitir buenas noticias. Me anima pensar que en la red y desde la red, se pueda ayudar a alguien.

Bueno familia, ya os iré poniendo al día. Animo a Marta A. que nos cuente qué tal se lo han pasado el fin de semana con las vacas.

2 comentarios:

Agata* dijo...

Justo me estaba conectando para contar que ayer fue muy bien la cena en casa de Eva y Miguel (de paso aprovecho para dar las gracias a nuestros anfitriones... je je). Al cabo de un rato de llegar casi todos, apareció Don Joan y en cuanto llegaron las pizzas empezamos a cenar...
No acabamos muy tarde, porque era domingo y los más enanos estaban que se caían (a excepción de Mar, que, cómo no, estaba feliz de la vida y, para mi sorpresa, reconoció a su tío cura en cuanto lo vio: le preguntamos "quién es este?" y contestó un especie de "Juan" que se parecía mucho...)
A ver si en San Esteban conseguimos estar todos: Amaya, es una indirecta... Arréglatelas para venir! je je
Ala, poz ezo, me voy a estudiar!

Joan dijo...

Me apabullais con tanto cariño. Ayer envié a la porra a mi hermana Mercè porque me llamó por teléfono justo cuando salía de San Cugat y me perdí... bueno, fue sólo un rato, pero tuve que decirle que se fuera a la porra...

Ya véis qué miseria la mía.