domingo, 29 de junio de 2008
Crónica del viaje al Líbano
Publico la continuación de la crónica mandada por Luis (con su permiso presunto). Destacamos el hecho de la difusión de la fideuá en tierras libanesas ha quedado emplazada para el año que viene, por culpa de un fallo técnico.
La verdad es que pasar unos días aquí es una delicia. Se trabaja un poquito –estamos estudiando una introducción a las Escrituras y un poquito del Catecismo-, se reza muy bien, y se comparten horas estupendas con estos cristianos árabes que tienen tanto mérito.
La cuestión política aquí ha mejorado sensiblemente desde el año pasado, aunque siguen habiendo problemas que parecen insolubles. Pero ellos siguen haciendo planes como si tal cosa. En el terreno de esta casa de convivencias la sección de mujeres está construyendo una escuela de turismo rural, y la masculina tiene muy avanzados los planes para construir un colegio –mitad masculino y mitad femenino- en los alrededores de Beirut.
Estar aquí tiene la gracia de vivir los comienzos de la labor en un país y la experiencia te ayuda a vivir la universalidad de la Obra: personas con costumbres tan distintas viviendo el mismo espíritu de San Josemaría. Casi todo está por hacer pero se vive el futuro con la misma ilusión que si ya fuera una realidad.
El miércoles y jueves vimos los partidos de fútbol en la televisión. El del miércoles fue una gozada y se quedaron todos con la boca abierta con el juego del equipo de España. Mañana, si todo va bien, podremos ver la final antes de subirnos al avión de vuelta a casa.
Lo de la fideuá no ha podido ser. Al final ha resultado demasiado complicado organizar la cocina y hemos tenido que dejarlo para el año que viene. La paellera ya se queda aquí y todo eso que tenemos ganado.
Mañana, Dios mediante, como la convivencia acaba por la mañana después de desayunar, vamos a ir de excursión al sur, a Tiro y Sidón, que ya es Tierra Santa porque Jesús estuvo allí, y esto me hace mucha ilusión. Es territorio mayoritariamente musulmán pero ahora parece que no hay peligro.
Vale la pena probarlo. Ya os contaré en persona a la vuelta.
Hasta pronto,
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